lunes, 21 de mayo de 2012

La tecnología y el ahorro de energía del LED, con diseño local


Emprendedores

La tecnología y el ahorro de energía del LED, con diseño local

Dos socios importan los productos y los montan en soportes con nuevos materiales
Por Luján Scarpinelli para La Nacion
Molero y Castelnuovo invirtieron US$ 30.000 para empezar.. Foto: SCLED

Está detrás de las pantallas de los celulares, las computadoras, los televisores más modernos, y es la luz que hace resplandecer los monumentos de la ciudad de Buenos Aires. La tecnología LED está presente en más cosas de lo que uno imagina. Incluso, en la iluminación de edificios y en algunos hogares.
Esta última pata del negocio es la que decidieron explotar Alejandro Molero (44) y Gustavo Castelnuovo (38) cuando crearon Scled. A diferencia de lo que ocurre en muchos emprendimientos, éste nació de dos trabajadores free lance, renuentes históricos a los empleos en relación de dependencia. Alejandro se dedicaba a la consultoría en iluminación, asesorando a estudios de arquitectura. Su compañero, ingeniero industrial de profesión, experimentaba con otros proyectos de distinto ramo. Reunidos casualmente en el medio laboral, terminaron como socios en 2009.
Empezaron a importar LED (de las siglas en inglés alusivas a "diodo emisor de luz") y a distribuirlo por el país. Luego le aplicaron un valor agregado con diseños locales. La oportunidad era doble: por un lado, veían en ésta una tecnología superadora respecto de los artefactos de iluminación vigentes; por otro, vieron la necesidad de adaptar los apliques y soportes cuyas características y ventajas técnicas abrían un abanico de nuevos materiales y diseños. "No sólo nos enfocamos en lo funcional, sino también en lo estético", explica Molero.
El inicio de la empresa requirió una inversión de alrededor de 30.000 dólares, aportado por amigos y familiares, y un acercamiento físico a la meca de las firmas tecnológicas. En China acumularon largas horas de caminatas en ferias con baja concurrencia de occidentales, numerosas anécdotas en ciudades alejadas del recorrido turístico y algunos disgustos de principiantes. El balance fue positivo. La primera odisea sirvió de puntapié para el desarrollo de la parte local, lograda mediante acuerdos estratégicos con diseñadores industriales y fabricantes de soportes para LED.
"Las diferencias técnicas posibilitan el trabajo con otros materiales. La baja temperatura del LED, por ejemplo, permite trabajar con acrílicos y adaptarlos a diseños que sean flexibles", indica Castelnuovo.

BAJO CONSUMO

Las tiras de pequeñísimos cuadrados donde se encuentra encapsulado el LED iluminan escritorios, acompañan senderos en exteriores o bañan paredes de luz, pero también pueden distinguir un puente y realzar fachadas de edificios públicos. De allí que los clientes provengan tanto del sector privado como del público. "Aún no se ha instalado el uso de LED domiciliario y por ahora se considera un lujo; en cambio, es más común en el ámbito corporativo, en edificios de oficinas o en los bancos. En cuanto a la vía pública, la utilización se está ampliando por el bajo consumo y la larga vida útil que ofrece esta tecnología", amplía Alejandro, el hombre de más larga experiencia en el rubro. Sus palabras explican por qué la firma intenta por estos días profundizar su negocio apuntando a los municipios.
Una instalación de LED, estiman los empresarios, puede ser alrededor de tres veces más cara que una tradicional. Pero si bien la amortización depende del uso, aseguran que el ahorro energético y la durabilidad de esta tecnología justifican la inversión.
El producto resultante entre lo ingresado en el país y lo producido fronteras adentro se distribuye a través de una red de 200 puntos de venta en el país. Scled también llegó a exportar el año pasado a países limítrofes como Bolivia, Paraguay y Uruguay y a República Dominicana. La facturación trepó a los $ 7 millones en 2011.
"El objetivo es llegar a toda América latina y entrar en el Caribe. Por ahora, esperamos poder llegar pronto a Perú", proyecta Molero, que dice haber elegido transitar junto con su socio "por el camino lento", que los llevó a rechazar ofertas. Ninguno de los dos está dispuesto a resignar parte de un negocio que, afirman, recién empieza a florecer..

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